sábado, 31 de octubre de 2009

(500) Days of Summer: la comedia posromántica


You Make My Dreams de Hall & Oates






Joseph Gordon-Levitt y Zooey Deschanel protagonizan (500) Days of Summer


Summer Finn
estaba destinada para él. Tom Hansen, quien creció creyendo que nunca sería realmente feliz hasta conocer a su verdadero amor, lo supo inmediatamente. Él se enamoró de su sonrisa, de su cabello, de sus rodillas, de sus hermosos ojos azules, de la cicatriz en su cuello producto de alguna operación que tuvo siendo una niña, de cómo lucía portando el T-shirt de Clash (banda británica de punk de los 70s/80s) que él mismo le había prestado, de cómo se veía mientras dormía, del sonido de su risa. La chica, de 55 kilogramos, 1.62 metros de estatura, que camino al trabajo capturaría cada día la mirada de ellos en 18.4 ocasiones en promedio, será el origen de lo que conoceremos como "el efecto Summer".

Siguiendo la trama no lineal diseñada por los guionistas Scott Neustadter y Michael H. Weber, seremos testigos de los 500 días que durará el efecto Summer, yendo y viniendo entre las diferentes dimensiones del amor romántico –ese que es idealizado por Tom, conduciéndolo a "la aceptación voluntaria de una fatalidad"– y del amor posromántico –ese en el que el sentimiento se construirá sobre las bases de una amistad íntima, tal y como lo entiende Summer.

Entre el encuentro en el elevador, el karaoke exaltado, el primer beso frente a la fotocopiadora, la aflicción en el cine tras la proyección de El Graduado y la cena de hot cakes que se convertirá en el inicio de un interminable sufrimiento, el director Marc Webb dotará a (500) Days of Summer de una composición matemática, tanto narrativamente (Webb trata al amor de una forma estadística, oponiendo la coincidencia y la casualidad al destino) como visualmente (la cronología siempre es indicada numéricamente, la arquitectura y los paisajes dibujados son recursos recurrentes, la pantalla es simétricamente dividida durante una secuencia para yuxtaponer fantasía y realidad). La paleta de colores, prácticamente desprovista de colores primarios servirá para promover el efecto Summer: con excepción de la secuencia musical (una celebración) en la que Tom nos transmite toda la alegría encontrada en el amor, el color azul sólo aparece frente a nuestros ojos cuando Summer está presente.

Descubierto hace más de una década en la sitcom 3rd Rock from the Sun, Joseph Gordon-Levitt nos entrega en esta cinta la mejor actuación de su carrera, interpretando a un Tom por momentos seductor, enamoradizo, consternado, deprimido o motivado, que lo mismo se lanza a las calles a bailar o se sienta contemplativo frente a Los Angeles Plaza. Zooey Deschanel, realmente encantadora, logra convencer a pesar de que el personaje es predominantemente mostrado como un objeto de obsesión que despertará el amor.

A la manera de Nick and Norah's Infinite Playlist, con un deleitable soundtrack que integra canciones de Regina Spektor, Feist, Carla Bruni, The Smiths, Mumm-Ra, entre otros, (500) Days of Summer se siente original, sincera y moderna. Frente a otras comedias románticas vistas en el año (The Proposal, The Rebound, Away We Go), la ópera prima de Marc Webb es una pequeña maravilla.

jueves, 29 de octubre de 2009

Introducing "Las Musas de NINE"

Finalmente The Weinstein Company lanzó el sitio web del tan esperado musical de Rob Marshall. Mientras uno escucha el tema "Be Italian" interpretado por Fergie, se pueden contemplar deslumbrantes fotografías de las musas de Nine. ¿Cuál será tu preferida?





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martes, 27 de octubre de 2009

A Serious Man: sobre el arte de ser serio


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Amy Landecker, Richard Kind y Aaron Wolff interpretan a Mrs. Samsky, el tío Arthur y Danny Gopnik en el nuevo filme de los hermanos Coen


En la pantalla negra se lee en letras blancas "recibe con simplicidad todo aquello que te sucede". La frase no podría ilustrar mejor la esencia de una historia que yuxtapone fatalismo y moralismo para revelarnos, con la precisión técnica característica de los hermanos Coen, que la vida es un camino de incertidumbre en el que el hombre se obstina por buscar la causalidad divina, científica o metafísica que podría explicar su realidad, olvidándose casi por completo de la mera causalidad humana.

Es 1967, en Minessota. Larry Gopnik, un profesor de física y padre de familia judío muy genuinamente interpretado por Michael Stuhlbarg, invierte responsablemente su tiempo explicando a sus alumnos universitarios la paradoja de Schrödinger y el principio de incertidumbre de Heisenberg mientras su mundo cotidiano comenzará a verse afectado por una serie de eventos que lo conducirán hacia una crisis existencial: problemas maritales, chantaje escolar, enfermedad de un familiar cercano, incomprensión ante sus hijos... Con el fin de hallar LAS respuestas a sus preguntas y EL significado de aquellos eventos, Larry acudirá desesperadamente con sus rabinos y abogados para sólo encontrarse con decepcionantes resultados.

Con un guión inusualmente frío, que en su seriedad encuentra las dosis de humor e ironía mínimas para hacer de esta cinta una comedia, Joel & Ethan Coen hacen uso de una narrativa sumamente refinada de que provoca más meditación que hilaridad. La situación se contrapone con su última comedia, Burn After Reading, en la que el motor primordial para la comedia era la estupidez explícita. En este sentido, A Serious Man resulta un filme más exigente – más abstracto – en el que el espectador generalmente encuentra la gracia no en los eventos per se (algunos no los observamos por completo o son irreales) sino en sus efectos. Responsable de reafirmar la atmósfera etérea que predomina en la cinta es la brillante fotografía de Roger Deakins.

Las problemáticas planteadas en la trama son por demás interesantes. A través de Larry, quien pretende tomar su vida en serio sin verdaderamente ser capaz de admitirlo o verse recompensado por tratar de hacerlo, se descifran cuestiones universales sobre la posibilidad, el determinismo, la contradicción y hasta la punición. Reveladores resultan entonces tanto el prólogo de la película como la pseudo-parábola del goy (término coloquial para una persona que no vive en la fe judía), siendo que ambas implican la existencia de fuerzas sobrenaturales que condenan nuestro destino. Así, los Coen nos muestran como Larry inconscientemente se visualiza siendo castigado cada vez que toma una decisión moralmente incorrecta (como cuando finalmente acepta un soborno e instantes después su hermano (Richard Kind) es imprevistamente asesinado), o como el propio hijo de Larry (Aaron Wolff), para nada tan serio, deberá inevitablemente enfrentarse a la fuerza de la naturaleza al salir de la escuela – finalmente el chico justo celebró su Bar Mitzvah y de acuerdo con su religión se asumió por primera vez como un adulto.

Decía yo que No Country for Old Men, incluso con toda su brutalidad, y Burn After Reading, incluso con toda su estupidez, parecían en el fondo cintas moralistas por insensibilizar o ridiculizar la conducta humana. Si bien la interpretación en aquellas ocasiones pudo sonar extraña, a A Serious Man es casi imposible no darle una lectura similar, ahora por fatalizar la conducta humana.

Suman a la película las actuaciones impecables de los personajes secundarios, los diálogos cruelmente ingeniosos, la partitura de Carter Burwell y un admirable diseño de producción y decoración realizados por quienes estuvieron detrás de Barton Fink, No Country for Old Men y Burn After Reading.


Michael Stuhlbarg intenta ser A Serious Man

viernes, 23 de octubre de 2009

Julie & Julia: una dulce comedia gastronómica

En el blog de Julie se puede leer, en aquella primera entrada del 25 de agosto de 2002:

"El Libro: Dominando el Arte de la Cocina Francesa. Primera edición, 1961. Louisette Bethole. Simone Beck. Y, por supuesto, Julia Child. El libro que lanzó un millar de célebres chefs. Julia Child, enseñó a los Estados Unidos a cocinar y a comer. […]

La Contendiente: Zángano gubernamental de día, gastrónoma amateur renegada de noche. Siendo muy vieja para el teatro, muy joven para los hijos y muy amargada para cualquier otra cosa, Julie Powell estaba buscando un reto. Y en el Proyecto Julie/Julia ella lo ha encontrado. Arriesgando su matrimonio, su empleo y el bienestar de sus gatos, se ha comprometido a una tarea desquiciante.

365 días. 524 recetas. Una chica y una cocina de un suburbio miserable..."




Meryl Streep es Julia Child en Julie & Julia


Así comenzó aquel proyecto en el que día a día Julie Powell, trabajadora ordinaria y escritora frustrada interpretada en la cinta por Amy Adams, publicaría ante un número creciente internautas sus experiencias cotidianas y su travesía por el voluminoso compendio de recetas construido cuarenta años antes por Julia Child. Ahí están las vivencias culinarias: la del bistec salteado au beurre, la del quiche Lorraine, la del fricasé de pollo à l'ancienne, la del primer intento convertido en desastre para preparar un bœuf bourguignon (estofado de buey cocinado en delicioso vino tinto de Borgoña), la de la langosta asesinada con remordimiento para preparar un Homard a la americana – experiencia tan mortificante para el animal como para el cocinero amateur.

Del blog, al libro. Del libro a la pantalla grande. La historia real de Julie Powell y las memorias escritas por Julia Child, "My Life in Paris", inspiraron a Nora Ephron para escribir y dirigir una cinta sobre dos mujeres que hallaron en la cocina un delicioso pasatiempo, aquello que en verdad disfrutaban hacer. Siguiendo dos líneas biográficas paralelas, entre romances, placeres a la mesa, sueños por cumplir, celebraciones y decepciones, Ephron nos sirve una especialidad preparada con dos ingredientes bien dosificados: ligereza y delicadeza.

Meryl Streep, maravillosa en el papel de una Julia Child llena de vida; una mujer estadounidense viviendo en Francia, que sin encontrar realmente algo mejor qué hacer, decidió aprender a cocinar a los 37 años. Su característica voz y cadencia al hablar, su silueta tan alta y sus sonrisas amplias, hacen que uno simpatice rápidamente con este personaje que parece haber sido encarnado de forma genuina por una actriz que no termina de sorprender con sus dotes histriónicos. Streep destaca entre un elenco respetable que incluye a Stanley Tucci como esposo de Julia y diplomático de rango inferior, Chris Messina en el papel de marido de Julie, y Jane Lynch (actualmente mejor conocida como Sue Sylvester en la serie Glee) quien interpreta a la hermana de Julia.

Además de los platillos mostrados como auténticas obras de arte (huevos escalfados incluidos), la expresión artística dentro del filme se extiende a los espacios, las decoraciones, la fotografía y los vestuarios, que aunque en conjunto reflejan un diseño técnico muy minucioso, casi perfecto, en algunos breves instantes se sienten un poco artificiales. Banda sonora por Alexandre Desplat, en esta ocasión no tan imponente.

Para consumirse preferentemente después de comer. Bon appétit.


Epílogo: post de Julie Powell tras la muerte de Julia Child, aquí.


lunes, 19 de octubre de 2009

Inglourious Basterds: el cine salvará al mundo


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Mélanie Laurent y Christoph Waltz en Inglourious Basterds


Bastarán 153 minutos, distribuidos en cinco capítulos contextualizados en el conflicto armado más mortífero de la historia humana, sin una sola escena de guerra, presentados como un relato de venganza sobredialogado en tres diferentes lenguas (alemán, inglés, francés; sin contar realmente el italiano) en el que la astucia prevalece sobre la violencia – ésta mostrada como un clímax: brevemente e intensamente – para que Quentin Tarantino cambie a su voluntad el curso de la historia usando como arma mortal al mismo séptimo arte.

Alrededor de una mesa, ya sea en el comedor de una casa en el campo, en un famoso café parisino o en una taberna de sótano, los personajes de Inglourious Basterds intercambiarán parlamentos e irán construyendo dos tramas independientes movidas por un mismo fin: el exterminio de los nazis. Para ello, Tarantino desplegará a sus héroes sobre dos frentes, uno encabezado por Shossana Dreyfus (Mélanie Laurent) – judía francesa, única sobreviviente de su familia que ahora se ocupa en manejar un cine, – y el lugarteniente Aldo Raine (Brad Pitt) – líder de "Los Bastardos", grupo que con su característico modus operandi se encargará de liquidar y aterrorizar nazis. Cada uno por su lado, sin llegar a conocerse, trabajará para destruir el tercer Reich. En los azares de sus destinos, ambos se encontrarán con su mayor obstáculo: el coronel Hans Landa (Christoph Waltz), cazador de judíos, a la vez carismático y aborrecible, precisamente del tipo antagonista que rara vez se disfruta tanto en la pantalla grande.

Operation Kino será el nombre de una conspiración que comenzará siendo encomendada al lugarteniente Archi Hicox (Michael Fassbender), un elegante crítico de la revista británica Films and Filmmakers, y a una hermosa estrella del cine alemán, Bridget von Hammersmark (Diane Kurger). El complot culminará aparatosamente durante la première de Stolz der Nation (El orgullo de la nación), una cinta de propaganda nazi protagonizada por el apuesto soldado Frederick Zoller (Daniel Brühl) y rodada en la vida real por Eli Roth (el mismo que encarna al Bastardo de nombre Donny Nonowitz a.k.a. "The Bear Jew"). Empleando la materia misma del cine, películas altamente inflamables de nitrato de celulosa, Tarantino pondrá fin a la gran guerra.

Cautivan la fotografía tras el lente de un Robert Richardson doblemente Oscarizado, los vestuarios a cargo de la mujer que diseñó los atuendos en The Pianist y Schindler's List (Anna Sheppard), la edición realizada por Sally Menke (Kill Bill Vol. 1 & 2, Pulp Fiction), la música de westerns – incluidas las recurrentes composiciones de Ennio Morricone, y el extraordinario diseño de producción.








Frederick Zoller (Daniel Brühl) protagoniza "Stolz der Nation"

sábado, 10 de octubre de 2009

Extranjeras Oscarizables

Imágenes de
Das weiße Band (Alemania),
Mother (Corea) y
Un Prophète (Francia).


Es cuestión de días para que la AMPAS publique la lista oficial de películas extranjeras que competirán por el Oscar, habiendo pasado este primero de octubre la fecha límite para el envío de candidaturas. Sin embargo, hoy sabemos ya el título de al menos 64 películas que figurarán dentro de esa lista, si no hay descalificaciones o cambios de última hora.

Los europeos han enviado cintas interesantes con muchas posibilidades de obtener una nominación. Considérese además que cada año vemos en promedio tres filmes del viejo continente dentro del quinteto final. Alemania, podría alcanzar su sexta nominación de la década con Das weiße Band de Michael Haneke, pudiendo convertirse en la tercera Palma de Oro que consigue un Oscar de Mejor Película (el año pasado, la maravillosa cinta de Laurent Cantet, Entre Les Murs, se quedó a un paso de obtenerlo; The Lost Weekend en 1945 y Marty en 1955, son los únicos títulos que han conseguido los dos premios).

Siguiendo con Europa, por Austria va Ein Augenblick Freiheit (For a Moment, Freedom) de Arash T. Riahi; por Eslovaquia, Nedodrzany Slub (Broken Promise) de Jirí Chlumsky; por España, El Baile de la Victoria de Fernando Trueba; por Francia, Un Prophète de Jacques Audiard; por Finlandia, Postia Pappi Jaakobille (Letters to Father Jacob) de Klaus Haro; por Israel, Ajami de Scander Copti y Yaron Shani; por Italia, Baaria de Giuseppe Tornatore; por Luxemburgo, Réfractaire de Nicolas Steil; por Noruega, Max Manus de Joachim Rønning and Espen Sandberg; por Rumania, Politist, Adjectiv (Police, Adjective) de Corneliu Porumboiu. Todas ellas con más o menos posibilidades obtener una nominación. Destaca la ausencia de Los Abrazos Rotos de Pedro Almodóvar, de Coco Avant Chanel de Anne Fontaine y de la ganadora del León de Oro, Líbano de Samuel Maoz.

Entre los filmes americanos, son pocos los que han brillado lo suficiente. Perú, por ejemplo, envió La Teta Asustada de Claudia Llosa, mientras que Argentina participará con El Secreto de Sus Ojos de Juan José Campanella; Chile con Dawson, Isla 10 de Miguel Littín, y Canadá, con una cinta de Xavier Dolan titulada J'ai Tué Ma Mère (I Killed My Mother). México se atreve a ir por tercera ocasión con una película de Carlos Carrera, Backyard (El Traspatio), a pesar de ser una candidata relativamente débil que dejó en el camino a otros buenos títulos: Desierto Adentro, Cinco Días sin Nora, Los Bastardos, Los Herederos, Voy a Explotar y Bajo la Sal.

Algunas cintas asiáticas parecen que podrían cautivar a la Academia. Es el caso de Mother de Bong Joon-ho, representante coreana que dejó fuera de competencia a Thirst de Park Chan-wook. También podríamos tener la sorpresa de ver entre las nominadas a la candidata nipona, Dare Mo Mamotte Kurenai (Nobody To Watch Over Me) de Ryôichi Kimizuka, o a la iraní, A Propos d'Elly (About Elly) de Asghar Farhadi.

Por otro lado, la ganadora de la Cámara de Oro en Cannes, Samson and Delilah de Warwick Thornton, podría convertirse en la primera cinta australiana en ser nominada en esta categoría.

Para ver la lista de entregas por país, recomiendo visitar de The Film Experience de Nathaniel Rogers, quien desde hace años lleva la cobertura más completa sobre este tema.

domingo, 4 de octubre de 2009

Tres Mexicanas: Los Herederos, Oveja Negra, Cinco Días Sin Nora

Un buen trío de cintas mexicanas estrenadas en el último mes. Todas siguen en cartelera y tal vez no por mucho tiempo más.




Imagen de Los Herederos

Los Herederos de Eugenio Polgovsky

La perpetuidad generacional de las condiciones que prevalecen en las comunidades rurales mexicanas ha sido registrada en este documental por el director, también fotógrafo y editor, Eugenio Polgovsky. Habiendo sido rodado en formato digital y financiado con un par de fondos europeos, el filme construye un argumento visual caracterizado por la ausencia de diálogos y el montaje de secuencias que hablan vigorosamente y nos muestran dos diferentes legados: la miseria y las técnicas artesanales y campesinas.

A través de la ecuánime lente de Polgovsky, atestiguamos llanamente los rostros de una infancia obrera que pretende sobrevivir con su propio trabajo, recolectando y transportando leña sobre sus hombros, tallando madera, cosechando los frutos del campo, fabricando ladrillos, moliendo granos, operando un telar. Son rostros tomados de comunidades de los estados de Guerrero, Oaxaca, Sinaloa, Nayarit, Puebla y Veracruz que reflejan la otra realidad de un país desigual y finalmente una problemática que ha trascendido al tiempo, como si la historia y los gobiernos no existieran.

Polgovsky alimenta la reflexión, efectivamente denuncia pero sobre todo enaltece los esfuerzos de esos niños que lidiarán su vida entera con la pobreza a la que parecen condenados. Con referencias a la senilidad, el director refuerza el sentimiento de permanencia, de inmutabilidad, mientras que sugiere una precaria evolución de la mano de obra mediante alusiones la máquina (el tractor, el molino, el telar, el camión).

El documental no sólo vale por el fondo sino por la calidad cinematográfica con la que le da forma.


Oveja Negra de Humberto Hinojosa Ozcáriz

Muy convencionalmente, sin gran complejidad y con el simple objetivo de narrar una historia, Humberto Hinojosa Ozcáriz hace de su ópera prima una cinta que entretiene convincentemente. Protagonizado por un par de talentos antes desconocidos, Christian Vásquez (José) y Luis Iván Arana (Jerónimo), el filme gira alrededor del resentimiento creado con el paso de los años entre estos dos falsos hermanos y las pretensiones amorosas de ambos hacia el personaje que interpreta Ximena Romo (María).

De la cinta destaca, además de la fluidez del guión que va tejiendo una trama interesante que se torna reveladora en los últimos minutos, la fotografía de Kenji Katori, la cual es sin duda el mayor logro técnico de la cinta. Aceptablemente bien actuada, bien musicalizada y bien diseñada, Oveja Negra es una sana alternativa en este momento.


Cinco Días Sin Nora de Mariana Chenillo

¿Cómo una tragicomedia puede ser tan meticulosamente diseñada en lo visual y en lo narrativo como la muerte propia? Mariana Chenillo y el personaje de su ópera prima, Nora (Silvia Mariscal), seguramente podrían responder la pregunta.

Un lienzo de tela se balancea con belleza inusual en un fondo negro. Unas manos colocan con diligencia una vajilla sobre la mesa que poco tiempo después recibirá a nueve comensales (en realidad diez, porque uno, a pesar de todo, parece siempre presente). Las manos se encargan de transportar esos recuerdos – secretos – íntimos que tan celosamente han sido escondidos – disimulados – durante media vida. En el refrigerador, los alimentos están preparados con indicaciones precisas: "sólo calentar", "nada de orégano"... Todo ha sido planeado minuciosamente porque el día del tan anhelado suicidio ha llegado, después de catorce intentos.

El desfile genealógico comienza entonces de acuerdo a lo proyectado en vida. Primero aparece el ex-esposo, José (Fernando Luján), ese que también espiaba con sus binoculares desde el edificio de enfrente, negándose tal vez a dejar por completo un amor, una relación en la que ella, Nora, con su neurosis siempre quiso todo manipular. Llegará después el amante sospechado (Juan Carlos Colombo) que finalmente resultó ser alguien muy cercano a la familia. Fabiana (Angelina Peláez), la sirvienta, tan hacendosa, visitará el apartamento para cumplir la última voluntad de la señora, escrita en un recetario y varios Post-it's. El hijo (Ari Brickman), interrumpirá su viaje para regresar y estar presente en un funeral lleno de contratiempos a causa de la ortodoxia judía y un conflicto con el rabino Jacowitz (Max Kerlow) provocado por una pizza en plena festividad del pésaj. La prima Leah (excelente Verónica Langer), preparada con todas las provisiones necesarias para una sesión culinaria, aprenderá la mala noticia a través de una discreta insinuación de José. La nuera (Cecilia Suárez) llegará con las nietas, quienes con su inocencia jugarán en el ataúd y verán a la muerte con ingenuidad.

Con un tono inusualmente perspicaz y grandes méritos técnicos, Mariana Chenillo monta una historia escrita por ella misma. Nos transporta por breves instantes al pasado, donde conoceremos a la joven Nora (Marina de Tavira) para dejarnos comprender una situación del presente que es vista con diferentes ojos: recelo, añoranza, respeto dogmático, interés, curiosidad... y previsión.


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Imágenes de Cinco Días Sin Nora y Oveja Negra