hanging on the wall!
Or little Joe or maybe Lou.
I'd love to be them all.
All New York city's broken hearts
and secrets would be mine.
I'd put you on a movie reel
and that would be just fine."
Atmosphere y Love Will Tear Us Apart de Joy Division
Autobahn de Kraftwerk
El 18 de mayo de 1980, Ian Curtis, el cantante de Joy Division, se colgaba a la edad de 23 años. Un filme que retraza esta trayectoria interrumpida no puede ser un "biopic" ordinario. En "biografía" hay "vida", pero Curtis eligió la muerte. En esa época, Anton Corbijn – quien firma ahora su primer largometraje de ficción – acababa de llegar a Inglaterra, proveniente de Holanda, para fotografiar la onda de choque punk que cumplía ya tres años. A más de un cuarto de siglo, Corbijn hace resurgir este instante decisivo sin ceder a la ilusión de la resurrección: las figuras que vemos en la pantalla están a la vez cercanas
Anton Corbijn filmó esta cinta en negro y blanco, en formato digital. Control pasa del lirismo febril que caracteriza el trabajo del fotógrafo, a la precisión documental. Frecuentemente es un cumplido trillado el subrayar la calidad del trabajo de reconstitución histórica, pero aquí, Corbijn procede de manera tan original – utilizando los detalles – que uno se sofoca en el desaliento británico de inicios de los años Thatcher.
Ian Curtis no se convirtió en estrella sino hasta después de su muerte. En mayo de 1980, Joy Division se preparaba para su primera gira en los Estados Unidos. Formado en Manchester, después de que Curtis asistió a un concierto de los Sex Pistols, Joy Division fue un grupo que tomó de la ideología punk, la idea de que no era indispensable saber tocar para hacer música, remplazando la furia de los Pistols o de los Clash por una desesperación romántica.
Habiendo encontrado en Sam Riley un intérprete ideal, Anton Corbijn retraza la adolescencia de un joven proletario que recita a Wordsworth con un tajante acento de Manchester. El joven poeta detiene sus estudios para casarse con Debbie
En cuanto las primicias de la gloria rondan a su alrededor, él las rechaza. En esos últimos momentos, la puesta en escena tan analítica de Anton Corbijn deja escapar su objeto/sujeto, el cual desaparece en un misterio impenetrable.
4 comentarios:
Por cierto, qué ganas de "bailar" con el tan caracterîstico movimiento de los brazos de Sam Riley (o Ian Curtis)... Jeje
Que bueno que te gusto, a mí se me hizo realmente increíble. La escena de "She's Lost Control" cuando baila es escalofriante. Definitivamente es una peli que inspira...
Saludos!
Muy buen recuerdo a través del film de este genio de la música que con muy pocos años en el medio logró crear un estilo personal. Saludos!
Aqui una crítica de la película:
http://7masacritica.blogspot.com/2009/06/control.html
Publicar un comentario