Las representantes mexicanas al Oscar

Las representantes mexicanas al Oscar:

1960 – Macario de Roberto Gavaldón (Nominada)
1961 – Ánimas Trujado de Ismael Rodríguez (Nominada)
1962 – Tlayucan de Luis Alcoriza (Nominada)
1989 – Actas de Marusia de Miguel Littin (Nominada)
1990 – Cabeza de Vaca de Nicolás Echeverría
1991 – La Tarea de Jaime Humberto Hermosillo
1992 – Como Agua para Chocolate de Alfonso Arau
1993 – Cronos de Guillermo Del Toro
1994 – Principio y Fin de Arturo Ripstein
1995 – El Callejón de los Milagros de Jorge Fons
1996 – Entre Pancho Villa y una Mujer Desnuda de Sabina Berman e Isabelle Tardán
1997 – Profundo Carmesí de Arturo Ripstein
1998 – Un Embrujo de Carlos Carrera
1999 – El Coronel No Tiene Quien Le Escriba de Arturo Ripstein
2000 – Amores Perros de Alejandro González Iñarritu (Nominada)
2001 – Perfume de Violetas, Nadie Te Oye de Maryse Sistach
2002 – El Crimen del Padre Amaro de Carlos Carrera (Nominada)
2003 – Aro Tolbukhin (en Mente del Asesino) de Isaac-Pierre Racine, Agustín Villaronga y Lydia Zimmermann
2004 – Voces Inocentes de Luis Mandoki
2005 – Al Otro Lado de Gustavo Loza
2006 – El Laberinto del Fauno de Guillermo del Toro (Nominada)

2007 – ?

¿Y ahora quién sigue?

Este martes comienzan las votaciones en las instalaciones de la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas para elegir la película mexicana que será enviada a competir por el Oscar.

Personalmente no me cabe la menor duda de que México debería enviar a Stellet Licht (Luz Silenciosa). Sin embargo, creo que este escenario no se producirá fácilmente: la cinta de Carlos Reygadas no parece (no es) un filme convencional. Pero yo me pregunto: ¿acaso, no es precisamente Stellet Licht la película que tiene más posibilidades de ser nominada entre las ocho cintas mexicanas elegibles? Probablemente, de ser nominado, el filme no ganará el Oscar, pero pienso que entonces ningún otro lo hará.

Stellet Licht es el filme mexicano que más ha destacado a nivel internacional durante este año y que además se ha medido contra cintas que ya han sido escogidas por sus respectivos países. Independientemente de lo que sea importante para la Academia Estadounidense (¿arte o industria?), la Academia Mexicana debería centrarse en la aportación que hace la cinta elegida al cine nacional.