miércoles, 15 de julio de 2009

Duelo Musical #7

Take Off With Us / Air-Otica de All That Jazz
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The Rich Man's Frug de Sweet Charity


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jueves, 9 de julio de 2009

Close-Up: Ryan Reynolds

Metamos a Ryan Reynolds (Vancouver, Canadá, 1976) en un ataúd, enterrémoslo vivo en el desierto de Iraq con un teléfono celular, un encendedor y un cuchillo, y veámoslo sólo a él (sí, únicamente a él) durante dos horas. Esta idea, propuesta por el director español Rodrigo Cortés para su nueva película de corte independiente titulada Buried, realmente no me molesta para nada...

Después del estreno de X-Men Origins: Wolverine, donde aparece al lado de Hugh Jackman, y del reciente éxito que tuvo The Proposal, donde comparte créditos con Sandra Bullock, es el turno de un close-up del actor canadiense. Además de Buried, otro de los proyectos que tiene en puerta es una nueva cinta donde el protagonista será Deadpool, el mismo personaje que interpretó en Wolverine.

Update: Días después de haber realizado este post, nos enteramos de que Ryan Reynolds (esposo actual de Scarlett Johansson) tendrá el papel protagónico en The Green Lantern, cinta que se está programada para el 2011.


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martes, 7 de julio de 2009

"I refuse to prove that I exist," says God

Seré sincero. No he visto la película a la cual hago referencia a continuación, pero leí el libro del cual se adaptó y probablemente el siguiente fragmento constituye, por sí sólo, uno de los trozos de ingenio más deliciosos que haya digerido en mi vida. En la película, el fragmento aparece intacto debido a su grandiosidad y es recitado en voz alta por un libro. El autor se llama Douglas Adams.


" The Babel fish is small, yellow and leech-like, and probably the oddest thing in the Universe. It feeds on brainwave energy received not from its own carrier but from those around it. It absorbs all unconscious mental frequencies from this brainwave energy to nourish itself with. It then excretes into the mind of its carrier a telepathic matrix formed by combining the conscious thought frequencies with the nerve signals picked up from the speech centres of the brain which has supplied them. The practical upshot of all this is that if you stick a Babel fish in your ear you can instantly understand anything said to you in any form of language. The speech patterns you actually hear decode the brainwave matrix which has been fed into your mind by your Babel fish.

Now it is such a bizarrely improbable coincidence that anything so mind-bogglingly useful could have evolved purely by chance that some thinkers have chosen to see it as the final and clinching proof of the non-existence of God.

The argument goes something like this: "I refuse to prove that I exist," says God, "for proof denies faith, and without faith I am nothing."

"But," says Man, "the Babel fish is a dead giveaway, isn't it? It could not have evolved by chance. It proves you exist, and so therefore, by your own arguments, you don't. QED."

"Oh dear," says God, "I hadn't thought of that," and promptly vanishes in a puff of logic.

"Oh, that was easy," says Man, and for an encore goes on to prove that black is white and gets killed on the next zebra crossing.

Most leading theologians claim that this argument is a load of dingo's kidneys, but that didn't stop Oolon Colluphid making a small fortune when he used it as the central theme of his best-selling book Well That About Wraps It Up For God.

Meanwhile, the poor Babel fish, by effectively removing all barriers to communication between different races and cultures, has caused more and bloodier wars than anything else in the history of creation. "


THE HITCHHIKER'S GUIDE TO THE GALAXY

domingo, 5 de julio de 2009

Were the World Mine: semi-musical Shakes-queer-iano

"The course of true love never did run smooth."

Tanner Cohen y Nathaniel David Becker en fantástico romance Shakespeariano



Adaptaciones y referencias cinematográficas de A Midsummer Night’s Dream (Sueño de una Noche de Verano) de William Shakespeare hay bastantes, pero probablemente ninguna se había caracterizado por utilizar los diálogos clásicos del escritor inglés para crear modernas canciones musicalizadas con la gracia e intensidad reveladas en Were the World Mine.

Tras el visible éxito de su cortometraje titulado Fairies (2003), el cual terminó exhibiéndose en cerca de 100 festivales internacionales, el director estadounidense, Tom Gustafson, junto con el guionista Cory James Krueckeberg (también diseñador de producción y escritor de las letras de las canciones), transformó aquella historia en este fantasioso largometraje romántico, desafortunadamente desequilibrado, pero que por momentos resulta brillante.

El filme, que casualmente adquiere ciertas semejanzas tanto con High School Musical 2 como con Dead Poets Society (dos cintas muy diferentes que comparten alusiones a la misma obra de Shakespeare), nos lleva a algún condado americano donde Timothy (Tanner Cohen), el chico gay de la clase, es elegido dentro de su preparatoria para interpretar a Puck, aquél personaje que con la savia mágica de la Flor del Amor provoca que sus víctimas se enamoren del primer ser vivo que se presente ante su mirada. Así, en un momento de iluminación fantástica, Timothy obtiene una poción que produce el mismo efecto. El resultado: Timothy logra cautivar a su amor platónico, Jonathon (Nathaniel David Becker), el bellísimo jugador presumiblemente hetero del equipo escolar de rugby. Pero no todo termina ahí, Timothy se encarga de esparcir su poción entre los habitantes del condado entero...

Las secuencias musicales en realidad no son muy recurrentes. Las mejores existen en la imaginación de Timothy y generan un efecto singular sobre el desarrollo de la película a tal grado que muchos de sus defectos pueden posteriormente pasarse por alto. El montaje del tema principal, "Were the World Mine", prácticamente nos sumerge en una explosión artística suficientemente original, con coreografías que parecen tomadas de un ballet ingenuo y ejecutadas por un grupo de muchachos a torso desnudo en atuendos caseros de hadas, todo dentro de un set de teatro que ha sido provisto con los ornamentos e iluminación adecuados.

La música original corre por parte de Jessica Fogle y acompaña gran parte de la cinta con melodías de estilo renovado que contribuyen a reforzar el sentido mágico de los eventos. Los versos de las canciones adaptados directamente de Shakespeare son particularmente efectivos y se incorporan acertadamente dentro de la trama. "The Course of True Love", tema musical con apenas un verso que se repite una vez tras otra, ocurre en un momento dramático tan relevante que me remontó por un brevísimo instante a aquel maravilloso "Wise Up" de Aimee Mann en Magnolia. En el lado negativo, está el guión que en términos generales resulta deficiente, unas cuantas actuaciones que no convencen totalmente y la inserción de secuencias musicales a cargo de Zelda Williams (hija de Robin Williams) las cuales hubiera preferido que no existieran.

Were the World Mine será tal vez el único musical contemporáneo, queer, indie e inspirado en Shakespeare, que se hará en algún tiempo. Tú sabes si consigues verlo.


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P.D.: Tom Gustafson y Cory James Krueckeberg prepraran ya su próxima cinta, la cual rodarán en México y se llamará Mariachi Gringo. Were the World Mine tuvo una corrida comercial limitada, pero exitosa, en Estados Unidos y en otros países de habla inglesa. Tras exhibirse en el Festival Mix de México, la película aún no tiene (y tal vez nunca tendrá) distribución en nuestro país.